Para la habitual sección Libros del Entorno Literario del blog de la revista de mismo nombre, proponemos hoy el nº 7 de de la colección El torno Gráfico de la editorial Entorno Gráfico Ediciones, la segunda edición de Haikus de La Alhambra, del poeta Francisco Acuyo, con fotografías de Francisco Fernández.
HAIKUS DE LA ALHAMBRA, DE FRANCISCO ACUYO,
2ª EDICIÓN AUMENTADA
EN "EL TORNO GRÁFICO"
Segunda edición de Haikus de La Alhambra, publicado por la editorial Entorno Gráfico, con poemas de Francisco Acuyo y
fotografías de Francisco Fernández, que tiene como novedad, además de la oferta
de poemas y fotografías nuevos, su edición en tecnología NFC (La tecnología
avanza a pasos agigantados y el sector editorial español se ha aliado con ella
y una editorial granadina tiene un nuevo e innovador producto, la inclusión de
chips NFC que pueden interactuar con los actuales smartphones y que además
están logrando que los libros tradicionales puedan llegar a un público que
hasta ahora no podía disfrutar de ellos, las personas ciegas.)
Nota editorial:
En esta segunda edición de los Haikus de la Alhambra, agotada ya la primera en muy poco tiempo, ofrecemos, como atractiva novedad a su primorosa publicación inicial, unas pocas composiciones nuevas del poeta Francisco Acuyo, adjuntas como primicia singular, a algunas fotografías no incorporadas en la primera y muy celebrada selección del profesor y fotógrafo Francisco Fernández que, en su momento, integrara la primera edición; conjunto de poemas y fotografías que en modo alguno desmerecerá el cuidado, vigilancia y delicada y dedicada entrega de nuestra editorial para la consecución de esta nueva versión impresa de los Haikus de la Alhambra. Para tal fin, encontramos el beneplácito y generosa dedicación tanto por parte del poeta como del fotógrafo, así como de todos los que son responsables del diseño, maquetación, impresión y encuadernación de nuestra editorial. Esperamos que tenga tan buena acogida por parte de crítica y público lector en esta ocasión como lo fuera en la anterior divulgación impresa. En cualquier caso nos queda la satisfacción de obsequiar a quien sepa apreciar una labor tan excelsa en lo creativo como muy elaborada en el resultado material llevado a término en la consecución de este librito, que tú, imprescindible lector, ahora tienes para tu juicio, reflexión y deleite, entre tus curiosas o avisadas manos.
Fragmento de la introducción
[…] Si en la tradición china la
simbiosis entre pintura (como wu-sheng-shi,
poesía silenciosa) y la poesía es
algo del todo natural, además de los antecedentes occidentales reflejados en la
locución horaciana ut pictura poesis,
en este caso concreto se verá referenciada o emparentada con la fotografía
artística, lo cual no debe resultar al oído avisado armonía perturbadora, sino
muy al contrario, música concorde para el espíritu sensible a la más elevada
cadencia y eufonía que proporcionarse puede. El tiempo y el espacio penetrados
delicadamente por amabas artes, en su conjunción, deben alzarse a los ojos, al
oído y al entendimiento del espectador, con naturalidad y avenencia
equilibradas, conformando una suerte de música duradera que se une a la imagen
como parte de un todo semiótico que invita a cada lenguaje (lenguaje poético y
plástico, como parte de ese todo) a nutrirse creativamente de forma mutua.
Las deudas con la tradición poética china son,
pues, también ostensibles en la concepción de este breve poemario, no pasó
desapercibido para quien les habla la concepción de lü-shi en cada breve conjunto poemático, el mínimo completo siempre estuvo en la mente de quien suscribe
modestamente estos poemas, con las variantes métricas que ofrece en cada poema,
que opta por los tres versos y no por los cuatro habituales (si bien siguiendo
la composición en versos pentasílabos y heptasílabos), no debiendo obviarse
(como así sucede en la composición china), la situación o ausencia de las correspondientes cesuras en los versos. […]
Enlace al tráiler de la versión audiovisual
del libro
Tenue
pincel
pinta
luces y sombras
sobre
el laurel.
De
sombra, enhiesto
surtidor,
el ciprés
mana
del cielo.
En el estanque,
la
eternidad se mueve
por
un instante.
Estatua:
espectro
que
fue del devenir
un movimiento.
Arde
el naranjo.
La
calima consume
áurea
el espacio.
A
la baranda
del
mirador se asoma
una
fragancia.
EL
petirrojo
la
tarde porta sobre
su
pecho docto.
ARDE
en el agua
el
espíritu alado
de
la distancia.
Sobre
los muros,
arrocabes
y fuentes
arde
el crepúsculo.
El
tiempo va
sobre
la tarde hacia
la
eternidad.
Francisco Acuyo
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